
En esta ocasión os traigo un recurso manipulativo para trabajar las texturas que cómo podéis observar, podréis fabricarlo en vuestro hogar.
Los niños exploran y aprenden sobre el mundo que los rodea usando sus sentidos: tacto, gusto, audición, olfato y visión. A través de los sentidos comprenden las cosas, como por ejemplo, el sentido del tacto. Aprenden sobre las texturas, cómo se sienten las cosas: duro, blando, pegajoso, húmedo o seco. Estas experiencias provocan otras oportunidades valiosas de aprendizaje. Los otros sentidos también son estimulados y uno de los resultados es el desarrollo de lenguaje. Las experiencias sensoriales ayudan a los niños a identificar olores, el color de las cosas, a reconocer sonidos familiares, y a desarrollar una preferencia por sabores. Los niños aprenden a usar su cuerpo y almacenan estas valiosas experiencias de aprendizaje en su cerebro.
Al usar todos los sentidos, los niños comprenderán y aprenderán más sobre su mundo gracias a las experiencias directas. Tocar un objeto, reconocer la manera cómo se siente, cómo huele, cómo suena, todo esto ayudará en el aprendizaje y se registrará en sus mentes.
Seguiré trabajando los sentidos en próximas entradas.
– Susana Carla Weber Laviña –