Hermanos/as

El papel de los hermanos/as de personas con diversidad funcional

A menudo, el hijo sin discapacidad puede llegar a sentirse desplazado, celoso o tender a sobreproteger a su hermano con diversidad llegando a tener un rol en la familia por encima de su edad y responsabilidad, por lo que es muy importante trabajar las emociones con ellos, dejarles que se expresen libremente en cada momento y ayudarles en todo lo que se pueda.

Durante mucho tiempo, la mayor parte de los estudios relacionados con las familias que tienen algún hijo con diversidad funcional se han centrado en los padres, prestando muy poca atención a cómo los otros hijos responden a esa situación.
El reconocimiento de las necesidades de los/as hermanos/as de personas con diversidad es fundamental a todos los niveles. Si somos conscientes de los aspectos negativos y positivos que el diagnóstico de un niño con discapacidad puede tener sobre el resto de sus hermanos seremos capaces de identificar las principales necesidades de éstos, y de establecer así estrategias de intervención dirigidas a reducir los efectos negativos, a desarrollar estrategias de afrontamiento y a potenciar el enriquecimiento y las percepciones positivas ante el hecho de tener un hermano o hermana con diversidad funcional.


Necesidades que presentan los/as hermanos/as:
– Para reaccionar, comunicar y jugar con el hermano que presenta diversidad, así como para aprender a hacer frente a eventuales situaciones estresantes, los hermanos tienen necesidad de estar informados sobre la naturaleza de la discapacidad, su evolución, los tratamientos médicos, los posibles progresos, etc.

– Hay que intentar que los hermanos tengan argumentos y estrategias para poder afrontar la discapacidad, en relación, por ejemplo, con las otras personas que, inevitablemente, harán preguntas o comentarios al respecto.

– Necesitan comunicar lo que sienten, expresarlo, ser escuchados, compartir todo esto con otras personas y sentirse comprendidos.

– También necesitan, de manera especial, ser respetados en su individualidad, en sus pertenencias personales, en sus aficiones y diversiones, en sus actividades; y recibir, de manera particular, compresión, atención, apoyo y reconocimiento.

Por todo ello, los/as hermanos/as de personas con diversidad funcional necesitan que estemos ahí, pues aunque muchas veces a los padres se les olvide, todos y cada uno de los hijos tienen unas necesidades y siempre van a ayudarnos.

– Susana Carla Weber Laviña –