Introducir distintas texturas alimentarias a niños/as con autismo puede ser un desafío, ya que algunos menores pueden ser particularmente sensibles a ciertas texturas. Aquí hay algunos consejos que podrían ayudar:
Introduce las nuevas texturas gradualmente: Comienza con texturas suaves y gradualmente ve agregando nuevas texturas más desafiantes. Puedes comenzar con alimentos triturados o purés y luego pasar a alimentos más sólidos.
Haz que el proceso sea divertido: Introduce alimentos con diferentes texturas de una manera lúdica y divertida. Puedes utilizar moldes de formas o cortar los alimentos en formas divertidas para hacer que la experiencia sea más interesante.
Practica la tolerancia a nuevas texturas: Si tu hijo/a es especialmente sensible a ciertas texturas, puedes comenzar practicando la tolerancia. Fomenta la exposición a diferentes texturas a través del tacto, como jugar en la arena o en una caja de arroz, para que poco a poco se acostumbren a sensaciones diferentes.
Ofrece opciones: Presenta diferentes opciones de alimentos con distintas texturas y deja que tu hijo/a elija lo que le gustaría probar. Esto le dará un sentido de control y le permitirá experimentar con diferentes texturas.
Integra las texturas en alimentos conocidos: Trata de introducir diferentes texturas en alimentos que tu hijo/a ya conozca y le guste. Por ejemplo, puedes agregar trozos de frutas a un yogur o incorporar vegetales picados en una pasta.
Sé paciente y persistente: Puede llevar tiempo para que un/a niño/a con autismo se sienta cómodo con nuevas texturas. Sé paciente y sigue intentando diferentes enfoques hasta encontrar lo que funcione mejor para tu hijo/a.
Recuerda que cada niño/a es diferente, por lo que es importante adaptar las estrategias según las necesidades individuales de tu hijo/a. Si tienes dificultades significativas, considera preguntarnos, ya que somos especialistas en ello y de ese modo podrás obtener orientación adicional.
– Susana Carla Weber Laviña –