¿Cómo detectar un alumno con TDAH?
Muchas veces, a los profesionales de los centros educativos les cuesta averiguar cuando un alumno tiene TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) o no, ya que en muchos casos, por desgracia, nos hemos encontrado con docentes que al enterarse de que determinados alumnos padecen este trastorno su respuesta es que no, que esa persona simplemente es vaga. Pues no, aquí no hay vagos, al igual que no hay tontos ni listos, simplemente hay PERSONAS, a las que puede costarle más o menos seguir el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Aquí voy a exponer unos aspectos para darnos cuenta si en nuestra aula hay algún alumno con TDAH o no.
1. Frecuencia e intensidad de inquietud, impulsividad y distracción elevada en comparación con otros niños de la misma edad.
2. Síntomas manifestados en un periodo superior a los 6 meses.
3. Síntomas antes de los 12 años.
4. Inatención, hiperactividad e impulsividad presentes en dos o más contextos.
5. Algunos síntomas interfieren en el funcionamiento social, académico y familiar.
6. Dificultad para adaptarse los cambios desde la escuela infantil.
7. Dificultades para establecer horarios de sueño y alimentación.
8. Se debe descartar un trastorno emocional conociendo todo el entorno del alumno.
Un diagnóstico temprano es esencial para evitar problemas que puedan surgir como falta de autoestima, fracaso escolar, ansiedad o depresión.
Recomendaciones para trabajar con alumnos con TDAH
1. Trabajo y refuerzo de su autoestima y nivel de motivación. Muy necesario sobre todo en adolescentes.
2. Refuerzo positivo. Poner énfasis en aquello que el alumno realiza bien.
3. Posible comorbilidad (es posible que estén presentes otros trastornos o dificultades de aprendizaje).
4. Secuenciación de la información. Fragmentar la información es esencial.
5. Importancia de lo práctico. Mucho mejor esta metodología de enseñanza.
6. Necesidad de asegurarse de que asimile los contenidos. Podría pasar desapercibido si no se le presta una atención correcta.
7. Generar un ambiente en el que se sientan cómodos para desarrollar sus capacidades correctamente.
8. Reducir la cantidad de deberes para que el alumno tenga tiempo libre y de descanso, aunque haga cosas relacionadas con los contenidos académicos.
– Susana Carla Weber Laviña –